domingo, 9 de mayo de 2010

Publicidad emotiva. Atacando al corazón.

Hoy en día el target está rodeado de impactos y mensajes publicitarios, cientos de marcas compiten por entrar en el top of mind del consumidor.


Pueden hacerse un hueco por diferentes técnicas como la testimonial, comparativa, aspiracional y un largo etc de técnicas creativas. Pero ¿qué pasa cuando el objetivo no es entrar en la mente, sino en la parte irracional de nuestro ser?


Sabemos cómo atacar a la razón pero, ¿qué pasa con el corazón?


Una de las estrategias que mejor resultado dan tanto por el IDR (Índice de Recuerdo) como por la identificación y unión de la marca-consumidor es la publicidad emotiva. Este tipo de publicidad y por ende, creatividad, está destinada a llegar a la parte mas sensible haciéndose valer de técnicas y mensajes poco habituales.


Intentar sacar a flote sentimientos y reacciones difíciles de aflorar no es tarea sencilla. Emociones y lugares de la consciencia que tan solo la literatura, el cine o la ficción son capaces de tocar.


Tenemos infinidad de grandes spots de publicidad emotiva con una larga lista de premios y reconocimientos. Se trata de pequeñas piezas cinematográficas, cortas obras de arte capaces de hacernos soltar una lágrima o una carcajada cada vez que las vemos.


Mi profesor de narrativa audiovisual siempre decía: “La mejor forma de aprender a hacer cine es ver cine, empaparse hasta la médula antes de empezar a crear” Vamos a ello.


- Renfe. Maquinista:


- Publicidad por la igualdad. Ni un paso atrás:


- Child Friendly Australia:


- CocaCola. Referencias:



- Sussex Safer Roads. Embrace Life:



- Y mi preferido. Time To Say Goodbye. IFAW:



Si alguien no ha soltado una pequeña lágrima o no se ha movido algo en su interior mientras veía estas piezas que levante la mano.


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

La cuestión aqui, al menos desde la perspectiva del consejo de simios, es hasta que punto se justifica el recurso a lo emotivo. Se explican, los simios quiero decir: en el caso de Child Friendly Australia, por ejemplo, el tono elegido es destacadamente acertado por estar en línea con el mensaje, para una propaganda donde se transmite una idea apelar a los sentimientos no solo es legítimo sino casi inevitable, además de deseable. El de Renfe, por otro lado, le toca los organos reproductores a los monos, no por que sea malo o este mal construido, que no lo está ni mucho menos, si no por que, justo en ese momento en que te descubres empatizando con ese maquinista entrañable te percatas de que ese señor no solo no existe, si no que de hacerlo le importaría un carajo el AVE de las narices, lo hubieran pre jubilado por no adaptarse a las nuevas tecnologías, los pastos desde donde observa el tren estarían vallados para evitar accidentes, el nieto tendría que disputarse el puesto con sabe dios que cabrón enchufado por un pez gordo de la compañía,... Asi se insensibilizan los públicos, haciéndolos simpatizar con causas que no existen, y el pato lo pagan las campañas que de verdad necesitan el componente emotivo... los simios se asquean con estas cosas...

Anónimo dijo...

Difícil no hacer ni un gesto mientras se ven estos anuncios,
Estoy esperando a una nueva entrega del blog!